España cuenta con una ciudadanía comprometida con el desarrollo, que demuestra cada día su apoyo y reclama una cooperación transparente y de calidad. Las ONGD han sabido canalizar la solidaridad ciudadana, tanto en la esfera de lo privado, capitalizando los aportes de sus socios, voluntarios y simpatizantes, como en la pública. La labor realizada por los voluntarios y cooperantes goza del prestigio y aprecio de nuestra opinión pública, y su Estatuto se afianzará. Las ONGD son agentes con condiciones óptimas para atender a las necesidades y derechos de los grupos de población más vulnerables. Por su flexibilidad y agilidad operativa, su capacidad para movilizar a la sociedad y su facilidad para acceder directamente a las comunidades con las que se trabaja en los países socios, están en una situación inmejorable para identificar programas y proyectos. Además, tal y como señala el artículo 88 del CED, “La UE y sus Estados miembros…promoverán entornos propicios y espacios de maniobra más amplios, con plena participación pública, para las OSC, a fin de que puedan desempeñar sus funciones de defensoras independientes, de encargadas de la ejecución y de agentes del cambio en los ámbitos de la formación y la sensibilización al desarrollo y de la supervisión y la rendición de cuentas de las autoridades”, con el fin de hacer posible la realización efectiva de los derechos humanos y el desarrollo sostenible.
En Ecuador, buena parte de las ONGD Españolas presentes en el país están organizadas en la Coordinadora de ONGD Españolas en Ecuador.