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Con motivo del Día Internacional del Orgullo LGTBI+, celebrado cada 28 de junio en memoria de los disturbios de Stonewall (1969), hemos asistido a un evento organizado por Diálogo Diverso, con quien trabajamos en la ciudad de Cuenca (Azuay) apoyando el proyecto «Mi casa fuera de casa». En el coloquio, que ha tenido lugar en Quito, han participado representantes de la organización anfitriona, pero también de diferentes entidades sociales ecuatorianas de base vinculadas a la causa, así como diplomáticos de los Estados Unidos, Canadá o Chile, entre otros países.
La doble discriminación y el estigma al que se enfrentan las trabajadoras sexuales transgénero, el elevado volumen de desempleo entre la población LGTBI+ (superior al 40 %), o la escasa esperanza de vida del colectivo trans (entre 30 y 35 años en Latinoamérica), han sido algunos de los aspectos denunciados. Tampoco se ha obviado el reto que supone la ilegalización de las terapias de conversión o deshomosexualización en Ecuador, todavía permitidas, y que son consideradas como una forma de «tortura» por la Organización Mundial de la Salud (OMS); de ahí, el lema de este año «Nada que curar».
Contribuir a la garantía de la dignidad humana es uno de los principales objetivos de la Cooperación Española en todo el mundo, por lo que el trabajo en el ámbito de la igualdad LGTBI+ resulta fundamental en nuestra acción.